Está comprobado. Los asistentes, son malos. Malicia pura. Quisquillosos, puntillosos, exigentes, remilgados, tocanarices... Digamos que para mi último examen me volvió a tocar con el asistente, otra vez. Todo empezó genial, esquivé sus balas y estaba claro que tanteaba el campo para buscar mi talón, con preguntas sobre elementos sobre los cuales, normalmente, pasaría desapercibido, y cuando tocó un tema que me sabía mas o menos... se centró el resto de los 10 minutos de la media hora que me retuvo, preguntándome sobre algo, que desde un principio le comuniqué que no sabía.
Consejo: los asistentes, caca!
Sin embargo, aprobé. No era suficiente como para hacerme suspender. Así que oficialmente estoy de vacaciones!!!!! Y a pesar de que solo he dormido dos horas, pienso salir a celebrarlo!
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